Noviembre no es un mes cualquiera si quieres optimizar tu próxima declaración de la renta. Aunque en este momento no existe obligación de presentarla, sí es el momento perfecto para hacer una predeclaración de la renta o simulación fiscal, una herramienta clave para quienes buscan pagar lo justo y, si es posible, menos.
Anticiparse a la campaña de la renta no es solo una buena práctica: es la única forma de tomar decisiones con impacto fiscal real antes del 31 de diciembre.
¿Por qué hacer una predeclaración de la renta ahora?
Porque el 1 de enero ya es tarde. A un mes de cerrar el ejercicio fiscal, ya tenemos la mayoría de datos consolidados: ingresos, retenciones, inversiones, situación familiar, patrimonio… Con esta información es posible realizar un precálculo del resultado de la renta, y sobre todo, tomar decisiones que aún están a tiempo de influir en el resultado final.
Esto permite:
- Anticipar pagos y evitar sorpresas.
- Aprovechar deducciones o reducciones aplicables.
- Evitar errores que puedan derivar en sanciones.
- Y lo más importante: pagar menos impuestos legalmente.
Empresarios: doble impacto, doble previsión
Para los empresarios y autónomos, la importancia de la predeclaración es todavía mayor. ¿Por qué? Porque las decisiones empresariales repercuten directamente en la tributación personal, especialmente en los regímenes de estimación directa o en la tributación de sociedades donde el socio también es administrador.
Algunas decisiones clave antes de cerrar el ejercicio:
- Retribuciones al socio o administrador: ¿Sueldo o dividendo? ¿Cuál conviene más?
- Gastos deducibles: Asegurar su correcta imputación antes del cierre contable.
- Inversiones o amortizaciones: ¿Se anticipan o se posponen?
- Compensación de bases imponibles negativas: Aprovechar saldos pendientes de ejercicios anteriores.
- Reparto de beneficios: Planificación del impacto en IRPF.
La frontera entre lo empresarial y lo personal es especialmente sensible en fiscalidad, y una mala previsión puede traducirse en pagar mucho más de lo necesario. Equilibrar el impuesto de la renta y el impuesto de sociedades es posible con anticipación y estudio.
Cambios personales que afectan a tu declaración
Muchos factores personales, si se conocen y se gestionan con antelación, pueden influir de forma decisiva en el resultado de la renta. Algunos ejemplos:
- Matrimonio o separación: Elegir la tributación individual o conjunta puede tener un impacto relevante.
- Nacimiento o adopción de hijos: Deducciones por maternidad, por familia numerosa o por cuidado de menores.
- Discapacidad del contribuyente o de familiares a cargo: Posibilidad de aplicar deducciones y mínimos personales y familiares superiores.
- Acogimientos familiares.
- Cambio de residencia habitual (interna o internacional).
- Cambio de vivienda habitual o alquiler de inmuebles.
- Planes de pensiones: Aportaciones y, especialmente, rescates. El momento y la forma de rescatar pueden suponer diferencias de miles de euros en tributación.
- Inversiones o venta de activos (acciones, inmuebles, criptomonedas): ¿Se materializa una ganancia o pérdida patrimonial este año o el siguiente?
- Planes de ahorro o seguros vinculados a la jubilación.
- Transmisiones hereditarias o donaciones: ¿Qué impuestos conllevan? ¿Cómo afecta al IRPF?
- Actividades en plataformas de internet (criptomonedas, Vinted, AirBnB, Wallapop, etc.)
- Compra de vehículo eléctrico, calcula como te afectaría la adquisición de un vehículo con estas características
¿Qué pasa si no haces nada?
La inacción también tiene consecuencias. No hacer una aportación a un plan de pensiones puede significar pagar más. No rescatar un plan en el momento óptimo puede aumentar la factura fiscal. No optimizar el reparto de ingresos en la unidad familiar puede dejar escapar deducciones. No ajustar retenciones puede provocar sustos en la declaración.
En fiscalidad, no actuar también es una decisión… y muchas veces, la más cara.
¡La campaña de la renta empieza hoy!
La campaña de la renta no se prepara en abril, sino en noviembre. Prever, analizar, calcular y actuar antes del cierre del ejercicio marca la diferencia entre una renta optimizada y una declaración que arrastra errores o falta de planificación.
En nuestro despacho ayudamos a nuestros clientes a mirar más allá del corto plazo. Porque la mejor manera de pagar menos impuestos no es buscar atajos, sino diseñar una estrategia sólida y legal, adaptada a cada situación personal y empresarial.
Te esperamos.
Thaïs Amor
Dep. Fiscal Comptable




Leave A Comment