Parece que nos repetimos mucho, enfocados en el cierre fiscal de la empresa, es vital, ofrece una información que proyecta la toma de decisiones futuras y el planteamiento no solo fiscal de la empresa, sino el económico y el financiero.
Por ello, preparar tu empresa para el nuevo ejercicio fiscal es fundamental para optimizar la carga tributaria y establecer un buen punto de partida en el nuevo año. La planificación fiscal al cierre del año no solo permite cumplir con las obligaciones fiscales, sino también identificar oportunidades de ahorro y optimización que fortalezcan la salud financiera de la empresa.
- Realiza una Revisión Exhaustiva de la Contabilidad
El primer paso es revisar que todas las operaciones del ejercicio en curso estén debidamente registradas en la contabilidad. Esto implica verificar que los ingresos, gastos, impuestos, amortizaciones y provisiones estén contabilizados correctamente y al día. Una contabilidad clara y completa reduce el riesgo de sorpresas fiscales y facilita la planificación de ajustes y deducciones.
Consejo: Haz una auditoría interna o consulta con tu asesor contable para asegurarte de que la contabilidad esté al día y de que todas las operaciones estén correctamente justificadas y registradas.
- Ajustes y Provisiones: Refleja los Costes Reales
A final de año es el momento ideal para realizar ajustes y provisiones. Estos ajustes permiten que los estados financieros reflejen el coste real de las operaciones y contemplen posibles contingencias. Las provisiones pueden incluir:
- Provisión para posibles impagos de clientes. Dotar la morosidad permite reducir la carga fiscal.
- Amortización de activos (equipos, instalaciones, vehículos), ajustando su valor en función de su desgaste o depreciación.
- Gastos pendientes o devengados, como pagos a proveedores aún no realizados, pero que afectan el ejercicio en curso.
Estas provisiones ayudan a minimizar la carga tributaria, ya que se registran como gastos en la contabilidad.
- Planificación de Deducciones Fiscales
Las deducciones fiscales ofrecen una oportunidad para reducir la base imponible, optimizando así el coste fiscal. Algunas deducciones importantes a considerar incluyen:
- Gastos en formación del personal: Las inversiones en formación suelen ser deducibles y aportan un valor añadido a la empresa al mejorar la capacitación del equipo.
- Inversiones en investigación y desarrollo (I+D): Si la empresa ha realizado actividades de innovación, puede beneficiarse de incentivos fiscales específicos para el I+D.
- Gastos de vehículos y desplazamientos: Deducciones relacionadas con gastos de transporte, siempre que estén justificados y registrados adecuadamente. Este punto es especialmente peliagudo en hacienda, pues en revisiones de IVA, IRPF y Sociedades son gastos revisados y liquidables, puesto que sino cumplen los requisitos, hacienda no permite su deducción.
Es aconsejable realizar una revisión detallada con el asesor fiscal para asegurar que se aplican todas las deducciones posibles y que se cumplan los requisitos legales.
- Evaluación del Inventario y Activos
Para las empresas que trabajan con inventario, es fundamental hacer una evaluación precisa del stock al cierre del año. Esto implica:
- Identificar y valorar el inventario actual.
- Registrar cualquier pérdida de valor o producto obsoleto que pueda ajustarse.
Esta evaluación permite que el balance refleje con precisión el valor de los activos, y además puede ajustarse en la contabilidad como un gasto, reduciendo así la base imponible.
- Cierre de las Cuentas de Resultado y Preparación de los Estados Financieros
Al final del ejercicio fiscal, las cuentas de ingresos y gastos deben cerrarse para determinar el resultado final del ejercicio (beneficio o pérdida). Este proceso implica:
- Cierre de cuentas de resultado: Transferir el saldo de ingresos y gastos al balance.
- Preparación de estados financieros: Crear los documentos clave, como el balance de situación, la cuenta de pérdidas y ganancias y el estado de flujo de efectivo, reflejando la situación económica real de la empresa.
Estos estados financieros no solo son importantes para cumplir con la normativa, sino que también sirven como base para proyectar el próximo ejercicio y atraer posibles inversores.
- Proyección del Próximo Ejercicio Fiscal
Con una visión clara del cierre del año, puedes proyectar estratégicamente el próximo ejercicio fiscal:
- Planificación de ingresos y gastos: Basada en la experiencia del año anterior, ajusta las previsiones de ingresos y gastos para un próximo ejercicio sostenible.
- Simulación de escenarios fiscales: Realiza simulaciones para anticipar la carga fiscal y tomar decisiones que ayuden a optimizarla, como modificar el calendario de inversiones o ajustar la estructura de capital.
- Fondo de contingencia: Considera destinar una parte del beneficio a un fondo de contingencia que permita hacer frente a imprevistos.
Conclusión
Cerrar el ejercicio fiscal de forma estratégica no solo permite cumplir con las obligaciones legales y fiscales, sino que también refuerza la posición financiera de la empresa para el próximo año. Con una contabilidad bien ajustada, el aprovechamiento de deducciones y una planificación del próximo ejercicio, tu empresa estará mejor preparada para afrontar el futuro de manera eficiente y optimizada. Consultar con asesores especializados en contabilidad y fiscalidad puede aportar claridad y seguridad en este proceso crucial para la estabilidad de la empresa.
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