En estos días he leído sobre los nuevos sistemas de facturación y el famoso VERIFACTU, me han preguntado infinitas dudas, hemos comentado como esto afectaría a empresas, profesionales y en general a todos. También hemos debatido y escuchado opiniones muy interesantes sobre como cambiaria el panorama o como nos afectaría a los despachos profesionales. Un tema enriquecedor por las diferentes opiniones que hay sobre la automatización de procesos contables y con la puesta en marcha de los programas de facturación que a su vez también automatizaran el proceso contable. Todo ello nos ha dado de qué hablar.
Quedan poco menos de 3 meses para que los sistemas de facturación entren en vigor como algo obligatorio y sinceramente, veo el panorama un poco verde. Sabiendo que hay personas que todavía emiten facturas en Excel y que deben actualizarse lo más pronto posible, he hecho algunas reflexiones que quiero compartiros respecto a nuestra labor como profesionales y como se podría visualizar el futuro.
Estamos en un momento de cambio profundo y quizá no le estamos dando todo el valor que merece. La inteligencia artificial ha llegado para quedarse. Las automatizaciones y los programas de contabilidad están transformando la forma en que se gestionan y trabajan las empresas, así como los despachos profesionales. Hoy, una factura puede leerse sola, clasificarse y contabilizarse sin intervención de un humano.
Esto me lleva a pensar en nuestra labor actual y futura, porque es justo ahora cuando más se necesita criterio, visión y acompañamiento real.
Hace un tiempo publiqué un artículo sobre lo que Amazon no puede hacer si lo comparamos con los establecimientos locales y físicos, por lo que precisamente en este sentido lanzo la siguiente reflexión:
¿De verdad todo se puede automatizar?
Mi respuesta es un NO rotundo. En un mundo donde parece que todo se puede hacer online, corremos el riesgo de perder valor a lo que verdaderamente importa. Lo fácil, lo rápido, lo barato.
Cada vez más profesionales buscan solo «cumplir con Hacienda», presentar los impuestos trimestrales y “cubrir el expediente”. Eso ha generado una guerra de precios en el sector de la asesoría, donde lo único que se compara son tarifas, como si estuviéramos hablando de megas de internet.
Pero la contabilidad, la fiscalidad o la protección del autónomo no son productos de supermercado. Son decisiones que implican criterio, valor y estrategia.
Los intangibles NO se pueden automatizar.
¿Qué ocurre cuando solo miramos el precio?
Cuando se contrata solo por precio, suele ocurrir esto:
- Se automatizan procesos sin revisar lo que realmente se está haciendo.
- Se pierde visión sobre lo que viene a medio plazo y se pierde el hilo.
- Nadie acompaña al cliente cuando surge un problema o simplemente quiere compartir sus inquietudes.
- Se cometen errores que cuestan mucho más que lo que se ahorró en la cuota mensual.
Y lo más grave: se confunde cumplimiento con protección. Estar “al día” no es lo mismo que estar bien asesorado.
Tecnología sí, pero con criterio
En nuestro despacho creemos en el equilibrio. Sí, usamos y estamos a favor de la tecnología. Nos permite ganar agilidad, reducir tareas mecánicas y mejorar procesos. Pero también creemos firmemente que la tecnología debe ser una herramienta, no el sustituto del criterio o la visión que puede ofrecerte un humano.
Una app no sabe si conviene más amortizar ese préstamo o esperar.
Una IA no anticipa los riesgos fiscales que pueden derivarse de una decisión de inversión.
Un programa no puede sentarse contigo a mirar tu negocio como un todo, y decirte: “Esto no te conviene, aunque parezca que sí.” O simplemente algo tan sencillo como escuchar a tu cliente en un ambiente de confianza mutua y respaldo.
Eso solo puede hacerlo alguien que conoce tu negocio, tu sector, tu historia y tus metas.
Nuestro trabajo como asesores no es solo “llevar los papeles”.
Nuestro trabajo es acompañar en las decisiones.
Es estar ahí cuando no sabes qué hacer o si, y simplemente lo quieres compartir con alguien que te acompañe en tu ilusión.
Es ayudarte a protegerte cuando los demás solo miran los números.
Es darte una visión que va más allá de lo que marca una plantilla o una norma.
Porque el asesoramiento no se trata de presentar modelos fiscales a tiempo. Se trata de asegurar que lo que se está construyendo no se tambalee por una mala decisión. No queremos ser un robot. No queremos darte respuestas iguales sin escuchar profundamente que sucede.
El nuevo modelo de asesoría: humana, cercana, estratégica
No queremos trabajar con quien solo busca un precio.
Queremos trabajar con quien busca avanzar con seguridad, con tranquilidad, con confianza y con visión.
Queremos a esos empresarios que valoran que les digan lo que necesitan escuchar, no lo que quieren oír.
Con quien quiere construir algo que dure.
Porque al final, la diferencia no está en lo que pagas al mes.
Está en lo que recibes.
Cuenta con alguien que no solo ejecute, sino que piense contigo, te escuche y te ayude a tomar mejores decisiones para el futuro.
Lo importante no se puede automatizar, hay algo de magia que la IA no puede crear.
Thaïs Amor
Fiscal – Marketing
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