EL MOTOR DE UNA EMPRESA

El alma de un negocio es el equipo humano. Trabajadores y equipo directivo deben trabajar juntos para la consecución de los objetivos empresariales. La retribución no es motivo suficiente, actualmente, para tener a una persona ligada a un trabajo o a un proyecto, otras cualidades como la comunicación, los valores, el compromiso, la conciliación y la motivación en la empresa son factores clave que se deben tener en cuenta.
Si existe sinergia entre todos estos elementos, la organización obtendrá un elevado rendimiento y una mejora de la productividad. La planificación estratégica con respecto al área del equipo humano es un pilar fundamental y necesario, en el que se debe trabajar constantemente. Las personas no son objetos y no funcionan mecánicamente, por tanto, necesitan otras compensaciones para obtener una satisfacción profesional que, a su vez, repercutirá muy positivamente en el ámbito personal.
Las personas aportan a las empresas conocimientos, habilidades y actitudes, cualidades que constituyen el éxito empresarial y profesional. El director, dentro de su planificación estratégica, debe detectar estas cualidades en el equipo humano y buscar la manera de potenciarlas y protegerlas. De esta forma impulsará a sus colaboradores a desarrollarse de tal manera que trabajen por los intereses de la empresa de manera competitiva y responsable.

La comunicación debe ser fluida, constante y oportuna entre colaboradores y directivos. Es importante tener un sentimiento de pertenencia a una empresa, saber que la opinión, las sugerencias y la aportación de ideas son tenidas en cuenta y valoradas. Todos estos puntos facilitan la implicación del equipo humano en los objetivos de la organización.
Celebrar los logros alcanzados es otra forma de retribución, no necesariamente tiene que ser a nivel económico, sino que una pequeña celebración puede reforzar la confianza y la motivación, animando al equipo a trabajar en la dirección planteada para seguir progresando.
La motivación del equipo lleva implícitos unos beneficios que son intangibles y que pueden afectar, de forma directamente proporcional, a la salud de la empresa. Nos referimos, por ejemplo en el aumento de la creatividad, la energía positiva, la flexibilidad, la disminución del absentismo laboral, el respeto entre compañeros y directivos, el optimismo, la mejora de la productividad y la estabilidad laboral . Todos estos valores, bien gestionados, pueden favorecer positivamente los beneficios de la empresa y fortalecer su capital humano.

 

Thaïs Amor Bergé

Direcció estratègica de l’empresa

@ROIGIROIG