Todo lo que hay que saber para evitar males mayores

Cuando pensamos en las vacaciones, nos vienen a la cabeza nuevos paisajes, descanso, tiempo libre y momentos para desconectar. Pero demasiado a menudo, olvidamos que la vida sigue ocurriendo, con todo lo que eso implica, también lejos de casa. Y no siempre estamos preparados.

A veces, los imprevistos son pequeños: una maleta perdida, una avería en el coche o una picadura de medusa. Pero otras veces, pueden ser graves. Muy graves. Una enfermedad repentina, un accidente, o incluso el fallecimiento de un ser querido mientras estamos fuera. Cuando eso sucede, la carga emocional es tan grande que cualquier gestión administrativa se hace una montaña. Y si además no hay previsión, los problemas pueden multiplicarse.

¿Qué pasa si hay una emergencia lejos de casa?

Cuando viajamos fuera de nuestro entorno habitual, y especialmente fuera del Estado, entramos en un terreno desconocido: normativas diferentes, idiomas diferentes, maneras de funcionar que no conocemos. En caso de accidente, hospitalización o fallecimiento, un buen seguro no es solo una cobertura económica: es un apoyo logístico, humano y emocional.

Por ejemplo:

Un accidente de coche en el extranjero puede suponer gastos adicionales si la póliza no incluye asistencia internacional.
Una hospitalización en otro país puede tener costes muy elevados si no se aplica la tarjeta sanitaria europea o no se ha contratado un seguro de viaje con cobertura médica.
En caso de fallecimiento, el traslado del cuerpo, la asistencia a la familia y toda la gestión legal y funeraria puede convertirse en una situación extremadamente costosa y compleja si no hay una cobertura prevista.

Prever no significa preocuparse. Significa cuidar.

Hablar de la muerte o de accidentes graves no es agradable. Pero es necesario. Y más aún si pensamos en las consecuencias que puede tener no haber previsto nada. A nadie le gusta pensar en escenarios difíciles, pero los seguros existen precisamente por eso: para que, cuando todo va mal, podamos contar con alguien que nos ayude a poner orden en el caos.

Una buena póliza de seguro, ya sea de viaje, de salud, de vida o de automóvil, no es solo un papel. Es una decisión responsable, que protege no solo a quien la contrata, sino también a las personas que quiere.

¿Qué recomendamos antes de irse de vacaciones?

Desde una visión profesional y humana, estas son algunas recomendaciones que podemos hacer después de más de 40 años acompañando a clientes, tanto en el ámbito profesional como en el personal:

  • Revisa tus pólizas actuales. ¿Sabes si incluyen cobertura en el extranjero? ¿Y en qué condiciones?
  • Consulta si tienes asistencia médica internacional. La tarjeta sanitaria europea no lo cubre todo. Un seguro complementario puede evitar muchos problemas.
  • Infórmate sobre la cobertura en caso de fallecimiento. El traslado y la gestión legal tienen un coste elevado y muchas familias no lo tienen en cuenta.
  • Solicita asesoramiento personalizado. Cada viaje es diferente: no es lo mismo ir a París tres días que hacer un viaje de dos semanas por Asia.
  • Revisa también los seguros de vehículo. La asistencia en carretera fuera del Estado puede ser muy limitada si no se ha ampliado la cobertura.

Cuando todo falla, la previsión marca la diferencia

Los seguros no evitan el dolor, pero sí pueden evitar muchos quebraderos de cabeza añadidos. La diferencia entre vivir un momento difícil con apoyo y vivirlo en soledad e incertidumbre es abismal.

Así que, cuando planifiquemos las vacaciones, pensemos también en lo que no queremos que ocurra. No por miedo, sino por responsabilidad. Por nosotros y por quienes nos quieren.

Sabemos que revisar pólizas y mirar coberturas es una tarea pesada que no apetece, nosotros lo hacemos por ti.

Thaïs Amor
Dep. Fiscal Contable