En El secretario de Estado de Seguridad Social, Tomás Burgos, se ha mostrado partidario hoy de abrir el debate sobre qué pensiones deben encuadrarse en el régimen de pensiones contributivas y ha dicho que esto debería formar parte de la renovación del Pacto de Toledo.

Si bien Burgos fue más allá al término de su intervención al concretar algo más, ante los medios de comunicación, cuáles son para el actual Gobierno las pensiones que deberían pasar a financiarse con impuestos en lugar de con cotizaciones. “Evidentemente las pensiones de jubilación e invalidez son puramente contributivas y se tienen que pagar con cotizaciones. Por ello, lo lógico es que sean las prestaciones de muerte y supervivencia (viudedad, orfandad y favor de familiares) las que centren el debate”, ha añadido.

Los números evidencian esta necesidad, ya que los ingresos por cotizaciones son desde hace años insuficientes para pagar todas las pensiones. “Y la Seguridad Social no tiene que pagar nada que no le corresponda”, ha dicho Burgos en alusión al posible carácter universal de las pensiones de muerte y supervivencia. El presupuesto de 2016 prevé un gasto de 23.143 millones para este tipo de prestaciones.

La respuesta de los grupos parlamentarios no se hizo esperar. Los principales grupos parlamentarios se mostraron, en términos generales, de acuerdo con la necesidad de buscar fuentes alternativas de financiación a la Seguridad Social, aunque con matices.

El representante de Izquierda Plural, Joan Coscubiela ha asegurado que el sistema de pensiones “está al límite del margen de maniobra para tomar alguna medida; urge modificar ya la estructura de financiación”. Acto seguido dijo a Burgos que el Gobierno tendrá “la mano tendida” de su formación para sellar un pacto. Pero, dicho esto ha arremetido duramente contra el diseño de las cuentas de la Seguridad Social hecho por el Gobierno popular al que acusó de acumular un déficit del sistema de pensiones de 25.000 millones de euros entre 2015 y 2016.